¿Es el extractivismo una necesidad de algunos, los mismos que nos quieren hacer ver que es una necesidad de todos?
El término significa la extracción masiva de recursos naturales como materia prima para ser exportada en forma internacional, o sea los primeros eslabones de la cadena de un consumo capitalista exagerado.
Lo que hemos visto en la prospección del terreno de las minas de Riotinto y Aznalcóllar, así como la mina de Cobre las Cruces, son esos despojos procedentes de la mercantilización de la naturaleza. El relave observado en las balsas de lavado minero, tiene un gran contenido de metales pesados, y un gasto enorme de hectómetros de agua. Es impensable que exista vida en ellas.
Son de un tamaño permitido de kilómetros, y como ya se advirtió en su día que el relave de la mina de Aznalcóllar se iba a romper, puede ocurrir lo mismo en un futuro cercano, dejando el vertido, a su paso, un terreno yermo.
Los lavados de esas construcciones mineras desdibujan un posible beneficio. Con mis dibujos advierto del daño por infiltración de metales pesados en nuestra tierra. Los seres vivos, el humano incluido, soportan una cantidad de metales pesados en los órganos, tipificado cada uno según la FAO y la OMS. Pasado ese límite, el metal se acumula, provocando enfermedad crónica y definitiva.
Obras en exposición
Balsa minera desbordada
Óleo sobre lienzo, 120 x 120 cm, 2024.
Dibujos de afectación de los órganos humanos por acúmulo de aluminio, arsénico, cadmio, carbón y sílice, cobre, litio y plomo
Tintas sobre papel de algodón hecho a mano, 45 x 25 cm, 2024.