La máscara animada

Para los espectadores de los ritos de iniciación, estas máscaras de danza que se abren de súbito en dos hojas para dejar ver otro rostro, a veces aún otro más detrás del segundo, impregnados todos de misterio y de austeridad, daban testimonio de la omnipresencia de lo sobrenatural y la pululación de los mitos. Trastornando la placidez de la vida cotidiana, este mensaje primitivo se conserva tan violento que el aislamiento profiláctico de las vitrinas no consigue, ni siquiera hoy, evitar su comunicación.

Claude Levi Strauss, La vía de las máscaras, 1975

La máscara animada se inspira en las máscaras de transformación, un tipo de máscaras artesanales creadas por tribus indígenas de la costa noroeste americana (la llamada Columbia Británica) que fueron estudiadas y puestas en valor por Franz Boas y Levi Strauss a principios del siglo XX.

Su particularidad reside en que se trata de máscaras dobles: representan una primera entidad en una cara exterior que, mediante un mecanismo rudimentario, se abre en dos o más partes y descubre una segunda entidad en su interior (en ocasiones incluso una tercera). Por lo general, una de estas entidades es animal y la otra humana. Se trata por tanto de un ensamblaje de dos máscaras, una zoomorfa y otra antropomorfa, perfectamente articuladas y cohesionadas. 

Atendiendo a la excepcionalidad de estos objetos artísticos, se crearon cinco máscaras antropozoomorfas dobles, articuladas y móviles, diseñadas con herramientas de modelado tridimensional y confeccionadas combinando técnicas de fabricación digital y tradicional. 

Más allá de una reinterpretación contemporánea de las máscaras, se trata de una investigación sobre la relación simbólica entre humanos y animales que distintas culturas han representado a través del vestido y el disfraz, que aborda nuestra relación actual con lo animal y lo salvaje en un contexto de crisis ecológica y merma exponencial de la fauna silvestre.

Se tomaron como referencia cuatro especies animales, unidas por un relato contemporáneo: el de la extinción. Así, las máscaras representan cuatro especies salvajes amenazadas en el territorio español: el lince ibérico, el toro bravo, el águila imperial y el lobo ibérico.

Fotografías: Nancy Cisneros.

Carpintería: Miguel García y Vicente Peñalver.

Agradecimientos: Miguel Prados y Pablo Pujol.

Obra producida con el apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid a través del programa de Ayudas a la Creación en Artes Visuales en su edición 2022.